Emprendedora gastronómica
“Emprender es aprender constantemente”

Sofía Antoniol es pastelera y emprendedora gastronómica. A los 17 años comenzó a cocinar para su familia y amigos, un hobbie que más tarde se transformó en su proyecto empresarial: Dulce Sofía. Hoy, con tres locales en Montevideo y más de 115.000 seguidores en Instagram, lidera su propia empresa de espíritu fresco y divertido, caracterizada por el uso de dulce de leche como protagonista de sus preparaciones. En sus 10 años de trayectoria, ha logrado mantenerse a la vanguardia de la pastelería local, promoviendo el liderazgo femenino en el ámbito de la gastronomía.
Comenzaste a trabajar en las cocinas desde muy joven, ¿cómo recordás esos primeros pasos?
Comencé a trabajar desde muy joven, tenía 17 años. Me acuerdo de que fui a inscribirme en DGI para hacerme una empresa y como era menor de edad no podía, así que tuve que esperar un año más para arrancar. Igual a esa edad ya cocinaba para mis amigas y mi familia. Miro para atrás y veo esos pequeños pasos, chiquitos pero seguros.
¿Qué desafíos tuviste al emprender tu propia marca?
Tuve un montón de desafíos en estos 10 años. Pero quizás el principal fue aprender a delegar. Que todo depende de una sola persona es muy desafiante, si bien hoy no estoy sola y la realidad es que hay un equipo atrás que se pone la camiseta de la marca todos los días. Al principio me costaba delegar, me preguntaba cómo podrían hacer las preparaciones igual que yo, o cómo podrían atender al público igual que yo. Porque, desde un comienzo, me hice cargo de todo y pasé por todos los rubros. Cuando emprendés sos como un pulpo, tenés que saber un poco de cocina, un poco de contabilidad, de riesgo, de inversiones, y hasta un poco de sanitaria.
¿Cómo se logra mantener la autenticidad cuando el emprendimiento se transforma en una empresa?
Primero que nada, me encanta que se vea que se mantuvo la autenticidad. Creo que es parte de seguir siendo la misma de siempre. Soy una persona muy responsable y priorizo esa responsabilidad frente a los clientes, los proveedores y las personas que están a mi cargo. Creo que la autenticidad está en ser quien soy, en las redes, en las cocinas, en mi casa.
¿En qué momento sentís que tu emprendimiento da un salto profesional?
¿Si te digo que el año pasado es muy loco? Empecé en 2014 siendo muy chica y nunca tuve un manual de cómo emprender. De hecho, creo que es imposible terminar de aprenderlo. Es ir con la marcha, dándote contra todo y haciendo experiencia. Siento que ese salto profesional se está dando ahora, en el presente. Entendí la importancia de las jerarquías, por eso pusimos encargadas. Antes no tenía encargadas de cada local, ni de cocina, ni del área comercial. Quizás es un salto que estoy dando tarde, también por el hecho de que la empresa siempre salió adelante por ahorros propios. Lo que ganaba lo invertía y recién ahora pude dar ese paso. Ojalá salga bien, porque es un gran desafío.
¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?
Qué linda pregunta. Yo creo que el trabajar para un proyecto propio, y hacer feliz a la gente con lo que uno hace. Nuestro eslogan es “Dar felicidad, compartir felicidad”, y siento que lo logramos. Es muy gratificante cocinar para otra gente. Hacer lo que me gusta y encima que alguien lo disfrute, es todo. En estos 10 años tuve que hacer un gran proceso. Todos los días hay problemas y nunca son iguales. Por eso, el desafío más grande no está en evitar esos problemas, que son cotidianos de una empresa, sino hacer el click y entender que hay que convivir con eso y que tu trabajo es solucionarlos.
Recientemente publicaste tu libro de recetas, ¿cómo fue el proceso de hacerlo y para quiénes lo pensaste?
Sí, mi primer libro de recetas. La verdad que el proceso fue muy gracioso. Cumplíamos 10 años y en febrero las chicas que me ayudan con el tema de marketing me dijeron: “vamos a hacer un libro”. La idea era hacer un recetario bastante informal, en un principio hasta con rulero, para que la gente lo pudiera usar y escribir. Pero casi sin querer fue creciendo y decidimos hacer algo más grande. Lo pensamos para mucha gente, para los seguidores de Dulce Sofía, que en su mayoría son mujeres, desde madres hasta adolescentes.
¿Cómo ves la presencia de las mujeres en posiciones de liderazgo en la cocina?
En mis cocinas, de 25 empleados que tenemos, solo dos son hombres. Las mujeres tienen un gran potencial, son detallistas, observadoras. En general, siento que estamos haciendo un cambio en cuanto al liderazgo de las mujeres, y que vamos por buen camino. Personalmente, amo liderar en la cocina, me apasiona. Y creo que eso es clave, sentir pasión, tener actitud.
¿Qué mensaje le darías a las mujeres jóvenes que desean liderar sus propios proyectos dentro de la gastronomía o el emprendimiento en general?
Primero, que sean fuertes. Segundo, que pueden con todo. Tercero, que depende de cada una. Si vos querés, podés, el secreto está en la actitud que tú tengas frente a eso que querés. Las mujeres tenemos muchas habilidades y una capacidad increíble. Tenemos demasiadas fortalezas. A veces solo hay que cambiar la actitud y creérsela un poco más. Seguro podemos, seguro puedes. Emprender es aprender constantemente.