Ingeniera eléctrica
“La mayor cualidad para emprendedores, sean hombres o mujeres, es poder superar el miedo a arriesgarse”

Andrea Cukerman es ingeniera eléctrica y fundadora de la Fundación Manos de Héroes, creada en 2020 con el objetivo de mejorar la calidad de vida de personas con amputaciones mediante prótesis biónicas impresas en 3D. Tras una década trabajando en una empresa privada y ser madre, decidió emprender este proyecto para combinar su pasión por la ingeniería con una vocación de compromiso social. A través de la fundación, ha logrado imprimir más de 200 manos biónicas, brindando soluciones accesibles y transformadoras para quienes más lo necesitan. Su trabajo refleja el poder de arriesgarse y hacer el bien.
¿Qué fue lo que te motivó a ingresar en el mundo de la ingeniería y la tecnología, un campo predominantemente masculino?
Siempre estuve entre ingeniería y medicina, aunque la vocación de medicina no la tenía tan clara, entonces decidí optar por el otro camino. Desde chica tuve una fuerte motivación por el impacto social, así que desde que entré en la carrera tuve en mente hacer algo o crear algo que pudiera ayudar a mejorar la calidad de vida de otros. Siento que siempre fue mi objetivo de fondo en todas las decisiones que tomé.
¿En qué momento decidiste crear una fundación de impacto social?
Luego de recibirme, trabajé por 10 años en una empresa privada, y tras ser madre de dos hijos necesité hacer un vuelco grande en mi carrera. Hacer lo que siempre quise hacer, que era empezar un proyecto nuevo y propio. Había escuchado sobre la impresión 3D, que estaba en otras partes del mundo, y esto de imprimir manos estaba funcionando en otros países. Así que me pareció una idea maravillosa. Empecé a estudiar impresión 3D en casa, con mi segundo hijo bebé, y ahí me replanteé dar el paso de empezar este proyecto. Hasta el día de hoy, después de cinco años y de 200 manos impresas, lo siento una locura. Me sigue pareciendo increíble que cualquiera que tenga una impresora 3D pueda imprimir una mano en su casa.
¿Cuál ha sido el mayor desafío de fundar y dirigir Manos de Héroes?
El mayor desafío es afrontar el golpe de realidad del sufrimiento de la gente. Son historias de vida muy difíciles, de personas que por accidentes o enfermedades han sido amputadas. Historias de niños que viven una situación a nivel familiar y económica muy difícil, y no tener una mano a veces es el menor de sus problemas. Sin dudas afrontar que esa realidad existe es el mayor desafío.
¿Cómo es el trabajo diario en la fundación y de qué tareas te encargás personalmente?
En la fundación trabaja Carla Delpoggio en la parte de la producción de manos y el área de administración. Las dos juntas pensamos los diseños y nos dividimos tareas para poder llegar a hacer las manos. Además, trabajamos con una fisioterapeuta que se llama Cecilia Terra, que se encarga de la parte anatómica de los brazos enteros y las amputaciones por encima del codo; mientras que Maia Pizzanelli, que es una diseñadora industrial, está encargada de los diseños que son amputaciones más complejas.
¿Qué cualidades considerás fundamentales para una mujer que desea emprender en el sector tecnológico?
Creo que la mayor cualidad para emprendedores, sean hombres o mujeres, es poder superar el miedo a arriesgarse. En mi caso, el mayor miedo fue dar el primer paso porque no sabía cuál era el siguiente. No tenía las cosas tan claras cuando empecé. Luego de dar ese salto, el camino lo fui haciendo a medida que lo recorría. Y así fue cómo logramos hacer 200 manos y cambiar 200 vidas.
¿Cómo equilibrás tu vida profesional y tu profesión, siendo que tu trabajo tiene un componente emocional tan fuerte?
Hay entregas donde la situación de la familia, si es que existe familia, es tan difícil, tan dura, que el golpe te noquea algunas semanas. ¿Cómo lo supero o cómo lo equilibro? No lo equilibro. Uno se va haciendo un poquito más triste, pero sabiendo que diste algo que nadie puede dar.