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Gestionar de forma eficiente, transparente y con responsabilidad

noviembre 10, 2021

Gobierno corporativo:  el camino responsable para agregar valor

Lograr una mayor transparencia de parte de los agentes económicos es fundamental para transmitir confianza y seguridad en un mercado. Un aspecto clave de esa transparencia pasa por empresas con un buen gobierno, lo que se traduce, al final del día, en una mayor seguridad económica y jurídica.

Tanto los inversores, como los reguladores y los directores de las compañías, a nivel global, tienen hoy una mayor conciencia sobre los aportes que supone una práctica de bueno gobierno corporativo, en términos de eficiencia en el manejo de una empresa, en su relación con la comunidad y las instituciones, pero también en la colocación de capitales y la confianza en los mercados financieros.

Una empresa con problemas de gobernanza puede afectar severamente su sostenibilidad a largo plazo; de ella dependen sus colaboradores, proveedores, hay una comunidad detrás y también, inversores que han confiado en el desempeño futuro de esa compañía.

Es fundamental para facilitar la creación de un ambiente de confianza, transparencia y la rendición de cuentas necesaria para favorecer las inversiones a largo plazo, la estabilidad financiera y la integridad en los negocios.

Por tanto, una gobernanza corporativa saludable, donde estén claramente definidos los roles, con una equilibrada distribución del poder de decisión y la minimización del riesgo de conflicto de intereses, redunda en beneficios para la economía en su conjunto.

Problemas de agencia

Un concepto básico del buen gobierno corporativo está en delimitar los campos de acción entre la propiedad y la administración de una sociedad.

Específicamente, el gobierno corporativo trata de definir y establecer mecanismos de control y salvaguarda por parte de los accionistas, sobre las acciones realizadas por los miembros del consejo de administración, evitando los denominados “problemas de agencia”.

La evolución de estas prácticas tiene un fuerte impulso en los años noventa en el Reino Unido y Estados Unidos, luego tomadas por otros países y a su vez, trasladada esa cultura a bordo de las transnacionales.

Diferentes autores ubican en el “informe Cadbury” (1992, en respuesta a una serie de escándalos corporativos) el primer código de buen gobierno al que las empresas que cotizaban en la bolsa de Londres debían adherirse.

El mismo año, en Estados Unidos, se publica el informe COSO, una metodología para implementar un sistema de control interno en las organizaciones.
No existe un modelo único; implementar las estrategias adecuadas resulta desafiante y no solo debido a la forma en que están controladas las sociedades, sino también del marco regulatorio y jurídico de cada país.

Principios básicos

El respaldo internacional para el gobierno corporativo llega con la publicación a fines de los años noventa de los Principios de Gobernanza Corporativa por la OCDE, donde se definen los elementos principales y se adopta el enfoque de stakeholder, tomando en cuenta a todas las partes interesadas que influyen en el funcionamiento de una empresa y tienen intereses en ella. Estos principios han sido asumidos por los distintos países en la definición de sus recomendaciones y códigos de buen gobierno.

La finalidad de los Principios de OCDE, fue la de ayudar a los gobiernos en la tarea de evaluar y perfeccionar los marcos legal, institucional y reglamentario aplicables al gobierno corporativo en sus respectivos países, así como ofrecer orientación y sugerencias a las bolsas de valores, los inversores, las sociedades y demás partes que intervienen en el proceso de desarrollo de un modelo de buen gobierno corporativo.

Los principios de OCDE, específicamente, apuntaron a garantizar la base de un marco eficaz para el gobierno corporativo, establecer las condiciones que amparen el derecho de los accionistas, así como el trato equitativo para todos los accionistas, incluidos los minoritarios. Los principios incluyen también el reconocimiento y los derechos a todas las partes interesadas, garantizar la transparencia y la divulgación de datos, y las responsabilidades del consejo directivo.

El último empujón

Las últimas crisis financieras a nivel global, en especial la que se desencadenó en Estados Unidos sobre el final de la pasada década, terminó por ubicar, con mayor protagonismo en las agendas de los principales foros económicos, las cuestiones vinculadas con la buena gobernanza de las empresas.

Se considera que las deficiencias y debilidades en el gobierno corporativo tuvieron un papel relevante en la gestión de la citada crisis financiera.

Años antes, los escándalos de Enron (2001) y Worldcom (2002) ya habían reforzado la necesidad de ajustar el funcionamiento de las compañías, de forma de generar anticuerpos y salvaguardas para contraponer a la corrupción y el fraude. La Ley “Sarbanes-Oxley (SOX) aparece en 2002 como respuesta a los escándalos corporativos ocurridos en ese país.

A su vez, la creciente interconexión de los mercados de capital, junto con la actividad multinacional de sociedades de cada vez mayores dimensiones, han hecho indispensable que los gobiernos y las entidades mercantiles se planteen la necesidad de armonizar marcos comunes de buenas prácticas en el gobierno societario.

Los estándares adecuados

El funcionamiento del gobierno corporativo en Tres Cruces -Gralado- queda claramente expresado en su última memoria anual.

El órgano de mayor autoridad es la Asamblea de Accionistas. Dentro de sus principales responsabilidades está la elección del Directorio, la evaluación de la gestión y la aprobación de la información contable y financiera.
La forma en que está estructurada la Asamblea en Gralado, donde ningún accionista tiene más del 10% de las acciones en forma individual, ubica como un gran desafío el respeto a los derechos de cada uno de esos accionistas y su voz en la asamblea.
El directorio, de tres miembros, es designado anualmente por la asamblea general ordinaria de accionistas. A su vez, existe una estructura operativa compuesta por una gerencia general y tres gerencias de área.

Este es un aspecto muy importante, ya que propiedad, dirección y gestión mantienen su independencia y el cuidado por mantenerse alejados de cualquier conflicto de interés. Los mecanismos que velan por el cabal funcionamiento de gobierno corporativo se encargan de que esto sea cumplido y respetado por las partes.

El directorio es el que define la misión de la empresa y las políticas generales. Está integrado por profesionales idóneos tanto profesional como moralmente, con un alto conocimiento en los negocios y en la actividad que desarrolla la empresa. Es el que marca el rumbo y fija los objetivos de la organización.

La estructura de Gralado, como sociedad anónima abierta cuyas acciones cotizan en régimen de oferta pública, incluye la figura del Síndico, quien representa los intereses de los accionistas en el directorio de la sociedad.

Existe un Comité de auditoría y vigilancia, que es, precisamente el organismo responsable de controlar el cumplimiento de las prácticas de gobierno corporativo. Este comité, a su vez, es el que tiene la responsabilidad de aprobar el plan elaborado por el Auditor Interno, encargado de evaluar el funcionamiento del sistema de gestión y control, identificar las debilidades y realizar informes periódicos con las recomendaciones que correspondan.

El control externo descansa en la labor del Auditor externo -responsable de la auditoría de los estados financieros al cierre del ejercicio económico-, y la Auditoría Interna de la Nación, que fiscaliza el cumplimiento de las normas legales en cuanto al funcionamiento de los órganos de dirección y del gobierno corporativo.

También, el rol de control externo pasa por las agencias calificadoras de riesgo -en este caso Moody´s- que califica las acciones ordinarias de la sociedad.

Sostenibilidad

La creación de valor de Gralado no solo se basa en la rentabilidad que busca generar para sus accionistas, sino también por el valor agregado que, como empresa que opera en una comunidad, le puede brindar a cada uno de los distintos grupos de interés con los que interactúa.
En esa línea, para la confección de su memoria anual, Gralado utiliza los estándares internacionales en formato de certificación GRI (Global Reporting Initiative) que se ha convertido en la metodología utilizada por miles de organizaciones en un centenar de países alrededor del mundo, para dar a conocer sus impactos económicos, ambientales y sociales.

Fue la primera empresa en el país en presentar su Memoria en base a esta metodología GRI en el año 2009. Asimismo, presenta su memoria anual desde el año 2005, incluyendo Informes de Sostenibilidad y RSE.
Los Estándares GRI, a través de la aplicación de principios, conceptos y contenidos, mejoran la calidad de la información permitiendo a las empresas brindar información transparente y verificable en cuanto a su desempeño y compromiso con el desarrollo sostenible.

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